Yogi Bhajan, un mestro moderno.

Yogi Bhajan es la persona a la que agradecemos la difusión del Kundalini Yoga en el mundo Occidental.

Harbhajan Singh nació en 1929 en la India. Empezó a estudiar yoga a las 7 años y dominó Kundalini Yoga a la edad de 16 años bajo la dirección de Sant Hazara Singh, maestro de Kundalini Yoga y también Mahan Tántrico.  De él aprendió toda la sabiduría tántrica, más tarde el destino y el tiempo le pondrían en la posición de Maestro de Tantra Yoga Blanco.

Después de licenciarse en Economía trabajó varios años para el Gobierno Indiano. En 1969 llegó a Cánada para enseñar en la Universidad, pero el destino quiso que empezara a dar clases de Yoga. Después de un viaje a Los Ángeles entró en contacto con la cultura hippie y se dio cuenta que el gran utilizo de drogas que hacían los jóvenes se debía a un profundo deseo de experiencias y  de una necesidad de conexión interior y con las demás personas. Llegó a la conclusión que las drogas les ofrecían una pobre imitación sintética de la paz y la euforia que podrían conseguir de manera natural a través del Kundalini Yoga.

Por estas razones Yogi Bhajan se estableció en Estados Unidos y  decidió empezar a enseñar una disciplina que hasta ese momento se había  mantenido secreta, destinada solamente a las clases sociales altas en la India. El Kundalini es un Raja Yoga, combina un intenso trabajo físico con una profunda parte espiritual, trabaja el cuerpo para conectar con el ser verdadero dentro de cada persona.

Yogi Bhajan era un devoto del Sikhismo, y por eso en Kundalini se utilizan muchos mantras provenientes de esta religión. Aún así, el Kundalini no es en absoluto una religión, Yogi Bhajan decía «Si no puedes ver a Dios en todo, nunca lo encontrarás». Y en primer lugar enseñó que ese «Dios» está dentro de cada uno, en su potencial creativo, su belleza y pureza a la que cada persona se puede conectar.

Dio enseñanzas específicas para la mujer, y afirmó que un buen Yogi puede estar dentro del mundo, sin pertenecerle: no hace falta irse a una cueva en la India para encontrarse. Esta es una de las razones por las cuales el Kundalini Yoga es muy apto a la vida actual: no indica el ascetismo y la abstinencia como llaves para elevarse.

Yogi Bhajan dejó su cuerpo en 2004, después de haber abierto a Occidente las puertas de una tradición milenaria.

Dijo «No he venido a buscar discípulos, he venido para formar maestros».

Nos ha entregado centenares de Kryias, meditaciones y conferencias inspiradoras:  el Kundalini es ahora una de las disciplinas más difundida en Occidente, a través de las enseñanza de Yogi Bhajan tenemos acceso a enseñanzas que permiten a cada ser humano experimentar su esencia profunda y completa.

No es la vida que importa,

sino el coraje con el que la vives.

Yogi Bhajan

 


Ajna, las puertas de la percepción

Vemos lo que esperamos ver. Dejamos que entre luz y podemos ver en la oscuridad. Percibimos los reinos más sutiles, trascendemos el tiempo viendo más allá de los dualismos.

Ajna significa «percepción», el Sexto Chakra se conoce comunmente como «tercer ojo»: ese punto de colore carmesí que los y las hindues dibujan entre sus cejas para despertar el poder de la intuición.

Ajna gobierna la glándula pituitaria, la glándula maestra del sistema endocrino. La pituitaria se asocia a la intuición en parte porque, más que en ninguna otra estructura física, es el nexo entre la mente y el cuerpo. La pituitaria traduce las ideas y emociones de la corteza cerebral en sustancias químicas que controlan el estado de ánimo, los músculos y el metabolismo.

Los antiguos maestros no conocían la pituitaria, pero creían que se distribuían fluidos muy especiales desde el Sexto Chakra. Llamaban a estos fluidos amrit, que significa ambrosia o néctar. Hoy  sabemos que este néctar consiste en las secreciones de la pituitaria, que entran en la corriente sanguínea y viajan por el cuerpo, dirigiendo las acciones del resto de las glándulas endocrinas.

El poder de la mente es, según las culturas milenarias, el más fuerte. De ahí los silencios y las meditaciones de los sabios para fortalecer la conexión con su conciencia más profunda. Pero muchas veces se confunde la intuición que se puede alcanzar a través de un sexto chakra equilibrado:  la mayoría de las personas creen que la intuición se basa en misteriosas capacidades extrasensoriales, pero la parte más importante de Ajna tiene que ver con otro aspecto.

Estamos hablando de la capacidad de de ver desde el alma, en lugar de ver desde el yo. Cuando la perspectiva que nos guía es el alma tomamos, de manera natural y sin esfuerzo, decisiones que favorecen el alma por encima del yo. Nos centramos en la totalidad de nuestro ser, más que en las estrechas preocupaciones, basadas en el yo,  acerca de la supervivencia y de la posición.

A través de la meditación, desarrollamos el vínculo con nuestro ser más elevado, disminuyendo así la distancia entre el yo y la divinidad interna.  De esta manera nos volvemos conscientes de la belleza que existe en nosotras y en cada una de las personas, y desaparecen las dualidades y las luchas de nuestro ego.

Cuando la conciencia empieza a desplegarse abre la mente intuitiva, la mente completa, y revela la realidad que estaba antes oculta. Podemos ver más allá de lo obvio, vemos texturas y matices que a menudo escapan de la percepción de la corteza frontal del cerebro, que sólo es capaz de reconocer lo que se le ha enseñado a reconocer a través de la experiencia previa.

Con esta nueva visión de le realidad podemos hacer nuevas elecciones, incluyendo las que marcan el camino del alma.

«El caso es que no hay nada más hermoso, más valioso o más consciente que tu.»

Yogui Bhajan